Aprendiendo a Vivir Sin Ti

Nos enseñan a vivir, pero no a enfrentar la muerte. Y cuando esta llega y se lleva a un ser querido, surge la gran pregunta: ¿cómo lo enfrento?, ¿qué hago? Físicamente, la muerte se describe como el cese total de las funciones corporales: la persona deja de pensar y de sentir. Podemos clasificar las pérdidas en tres tipos principales: Muerte anunciada: cuando se advierte a la persona que, sin un tratamiento o cuidado específico, su vida corre peligro. Aquí ya existe una condición crónica y la persona debe adoptar cambios de vida para prolongar su salud. Muerte esperada: ocurre cuando se diagnostica una enfermedad terminal con una expectativa de vida de seis meses o menos. Tanto la persona como su familia se preparan para una pérdida inminente. Muerte súbita o inesperada: la más dolorosa, ya que no hay enfermedad previa. Puede ser natural, accidental, violenta o por suicidio. En estos casos surgen preguntas difíciles de responder: ¿Qué pasó?, ¿por qué pasó?, ¿se pudo evitar?, ¿sufrió?, ¿su alma se salvó? Parte del duelo consiste en aprender a vivir con estas interrogantes. Es natural no querer que la muerte toque a nuestros seres queridos. Sin embargo, aceptar que forma parte del ciclo de la vida es un paso necesario para vivir en paz: nacemos, crecemos y morimos. El recorrido del duelo en 4 pasos El duelo, del latín doleo (“doler” o “afligirse”), es el sentimiento de dolor por la pérdida de algo o alguien valioso. No hay un tiempo fijo para atravesarlo, ya que cada persona vive el proceso a su manera. Aceptar la ausencia: comprender que esa persona significativa ya no estará más y no volverá. Con el tiempo, la mente y el corazón asimilan esta realidad. Aceptar los sentimientos: es normal experimentar tristeza, miedo, ansiedad o desconsuelo. Identificar, reconocer y expresar lo que sientes es el inicio de la sanación. Aprender a vivir sin esa persona: sentirás un vacío profundo; en esos momentos, recurre a los recuerdos y fortalece tu presente con ellos para proyectar un futuro sin su presencia física. Disfrutar de la vida: no significa olvidar, sino encontrar la fuerza para seguir adelante sabiendo que esa persona vive en tu corazón. Las pérdidas significativas no se “superan” del todo, pero sí se aprende a convivir con el vacío. El tiempo alivia el dolor, sin borrar el amor ni los recuerdos. Cinco alternativas para afrontar la pérdida Habla con alguien de confianza sobre lo que sientes. Comparte tiempo con familiares y amigos que te apoyen. Rememora historias y momentos especiales vividos con esa persona. Conserva un objeto que te recuerde a ella. Escribe tus pensamientos y emociones en un diario. Recuerda: el psicólogo es el “doctor del alma” y está dispuesto a acompañarte en tu proceso de sanación. 📸 IG: @transformacionysalud 📧 Email: transformacionysalud@gmail.com

Dra. Margarita Ortiz

8/13/20251 min leer

silhouette of woman raising her right hand
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